¿Basta creer para salvarse?
No basta creer para salvarse, pues dice Jesucristo:
Si quieres salvarte, cumple los mandamientos.
Así pues, en Cristo ha sido renovada la Creación entera para alabanza de Dios padre, pues, no nos ha llamado a un a vida impura sino Santa.... por lo tanto escuchemos su Voz..magnífica, LA VOZ DEL PADRE......
Como hermosamente nos dice el Papa Magno, San León:
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.Jesucristo, en quien se cumplieron a la vez la promesa de las figuras proféticas y la razón de los preceptos legales, ya que con su presencia atestiguó la verdad de las profecías y con su gracia otorgó a los mandamientos la posibilidad de su cumplimiento.
Que la predicación del santo Evangelio sirva, por tanto, para la confirmación de la fe de todos, y que nadie se avergüence de la cruz de Cristo, gracias a la cual quedó redimido. Que nadie tema tampoco sufrir por la justicia, ni desconfíe del cumplimiento de las promesas, porque por el trabajo se va al descanso, y por la muerte se pasa a la vida, pues el Señor echó sobre sí toda la debilidad de nuestra condición y si nos mantenemos en su amor, venceremos lo que él venció, y recibiremos lo que prometió.
En efecto, ya se trate de cumplir los mandamientos o de tolerar las adversidades,
nunca debe dejar de resonar en nuestros oídos la
palabra pronunciada por el Padre:
Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto; escuchadle.
R/. Vosotros os habéis acercado al Mediador de la nueva alianza, Jesús. Cuidado con rechazar al que habla, pues, si aquellos no escaparon por haber rechazado al que transmitía los oráculos en la tierra, cuánto menos nosotros, si volvemos la espalda al que habla desde el cielo.
/. La voz del Padre se oyó desde la nube.
R/. Éste es mi Hijo, el amado, escuchadlo.
¿Quién dio, pues, los Diez Mandamientos?
Dios mismo dio los Diez Mandamientos a Moisés, y Jesucristo los confirmó y perfeccionó con su palabra y con su ejemplo.
¿Cuáles son los Diez Mandamiento de la Ley de Dios?
Los Diez Mandamientos de la Ley de Dios son:
1º Amarás a Dios sobre todas las cosas.
2º No tomarás el Nombre de Dios en vano.
3º Santificarás las fiestas.
4º Honrarás a tu padre y a tu madre.
5º No matarás.
6º No cometerás actos impuros.
7º No robarás.
8º No dirás falso testimonio ni mentirás.
9º No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
10º No codiciarás los bienes ajenos
¿Por qué creó Dios al hombre? .......Por amor, por puro amor.
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
Y la Iglesia todos los días canta:
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo, Señor Dios,
Cordero de Dios, Hijo del Padre;
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte
gracias, Padre Santo, siempre y en todo lugar,
por Jesucristo, tu Hijo amado./////(Ord.misa)...
Por Él, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas;
tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo
y nacido de Maria, la Virgen, fuera nuestro Salvador y Redentor …/////—————
y por eso, también, entonamos himnos, como:
--------Vosotros que lo visteis ya glorioso,
hecho Señor de gloria sempiterna,
haced que nuestro amor conozca el gozo
de vivir junto a él la vida eterna. Amén
....y salmos inspirados:
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Ant: Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
Madruga por Dios todo el que rechaza las obras de las tinieblas
Salmo 62,2-9: El alma sedienta de Dios
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Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre
y por los siglos de los siglos. Amén.
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Hermoso transcribir aquí el final de la catequesis de JPPII
sobre el salmo 26.......
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4. El orante, de hecho, se pone en las manos de Dios y su sueño queda expresado también por otro Salmo
(Cf. 22, 6):
«habitaré en la casa del Señor por años sin término».
Entonces podrá «gozar de la dulzura del Señor» (Salmo 26, 4), contemplar y admirar el misterio divino,
participar en la liturgia del sacrificio y elevar sus alabanzas al Dios liberador (Cf. versículo 6).
El Señor crea alrededor del fiel un horizonte de paz, que excluye el estruendo del mal.
La comunión con Dios es manantial de serenidad, de alegría,
de tranquilidad; es como entrar en un oasis de luz y de amor.
5. Escuchemos como conclusión de nuestra reflexión las palabras del monje Isaías,
quien vivió en el desierto egipcio y murió en Gaza hacia el año 491.
En su «Asceticon», aplica nuestro Salmo a la oración en la tentación:
«Si vemos que los enemigos nos rodean con su astucia, es decir, con la acidia, debilitando nuestra alma en el placer, ya sea porque no contenemos nuestra cólera contra el prójimo cuando actúa contra su deber, o si tientan nuestros ojos con la concupiscencia, o si quieren llevarnos a experimentar los placeres de gula, si hacen que para nosotros la palabra
del prójimo sean como el veneno,
si nos hacen devaluar la palabra de los demás,
si nos inducen a diferenciar a los hermanos diciendo:
"Este es bueno, este es malo", si nos rodean de este modo,
no nos desalentemos, más bien, gritemos como David con corazón firme diciendo:
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